jueves, 30 de marzo de 2017

Cómo limpiar y mantener el radiador de tu auto

La limpieza del radiador es una sencilla tarea de mantenimiento que ayudará a eliminar la suciedad acumulada, permitiendo un mejor rendimiento.

Tal y como hemos comentado en otros artículos, el rendimiento del motor está directamente relacionado con la actividad y el estado del radiador, por lo que llevar a cabo tareas que permitan mejorar las condiciones bajo las que trabaja el mismo será muy beneficioso a la hora de alargar la vida útil de éste y de optimizar el rendimiento de nuestro vehículo.

Por ello, queremos compartir con ustedes una útil guía para realizar la limpieza del radiador en 6 sencillos pasos que podremos realizar nosotros mismos empleando materiales y herramientas que están al alcance de cualquier persona.

Para llevar a cabo la limpieza del radiador será necesario que el motor este completamente frío ya que de no ser así correríamos el riesgo de padecer quemaduras. Además, será imprescindible que dispongamos de lo siguiente: líquido anticongelante, un balde, manguera con pistola o difusor de agua, cepillo suave y fino, agua jabonosa, distintos destornilladores y llaves, un recipiente o contenedor grande con tapa, guantes y gafas de protección, siempre y cuando se disponga de las mismas.



¿Cómo limpiar el radiador de un coche en 6 sencillos pasos?

1 Deberemos de levantar el capó del auto y fijar el gancho de seguridad que lo mantiene elevado. A continuación, usaremos un cepillo suave y agua jabonosa para limpiar y eliminar tanto la suciedad acumulada, como los insectos de la parrilla del radiador.

Es muy importante que la limpieza con el cepillo se realice en la misma dirección de las rejillas del radiador ya que de no ser así, éstas podrían quedar dañadas. Después usaremos la manguera con pistola para enjuagar y eliminar los restos producidos durante esta operación.

2 El siguiente paso será drenar el líquido refrigerante del radiador para más tarde sustituirlo por líquido nuevo. Puesto que se trata de un líquido de elevada toxicidad será extremadamente importante realizar el drenaje con seguridad.

Para realizar el drenaje necesitaremos el balde, que servirá para recoger el líquido, por lo que deberemos situarla debajo de la válvula de drenaje del radiador de manera que quede centrada.

Nos pondremos los guantes, desenroscaremos la válvula de drenaje del radiador y esperaremos hasta que todo el líquido se haya derramado sobre la misma. Una vez finalice el goteo, cerraremos de nuevo la válvula y verteremos el líquido de la cubeta dentro del recipiente con tapa.

3 Seguidamente y con ayuda de la manguera, rellenaremos de nuevo el radiador con agua, después volveremos a repetir la operación de drenado.

Continuaremos haciendo lo mismo hasta que el agua salga limpia, y todo lo recogido deberemos almacenarlo en recipientes cerrados, al igual que se ha hecho al final del anterior paso.

4 Ahora llega el momento de las comprobaciones. Nos fijaremos en el estado de la tapa del radiador, de las mangueras y de las abrazaderas, para comprobar que su estado sea óptimo.
En caso de localizar algún defecto en cualquiera de estos elementos, tendremos que sustituirlos por otros nuevos.

5 Una vez se ha verificado el sistema procederemos a volver a llenar el radiador ahora con el líquido refrigerante. Puedes comprarlo directamente o bien elaborar la mezcla, la cual se realiza con un 60% de refrigerante y 40% de agua.

Si decidís preparar la mezcla a base de refrigerante y agua, se aconseja emplear agua destilada para evitar formaciones de cal.

6 Para finalizar con el proceso, tendremos que eliminar el aire que haya podido quedar en el circuito del radiador. Esta operación es sumamente sencilla ya que tan solo tendremos que encender el motor durante unos minutos. De esta manera el refrigerante nuevo se moverá por el circuito haciendo que el aire atrapado se reconduzca hacia el exterior.

Para terminar, es muy importante que desechemos todo el material empleado como la cubeta, guantes o cualquier otro elemento que haya podido estar en contacto con el refrigerante, ya que como ya hemos explicado se trata de un elemento altamente tóxico.

El recipiente con tapa que contiene el líquido extraído, podemos entregarlo en algún taller de confianza, así ellos podrán proporcionárselo a un gestor de residuos autorizado.

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