martes, 18 de marzo de 2014

Métodos de limpieza y consejos de mantenimiento para el motor

Limpiar periódicamente nuestro motor es un método eficaz de prevenir averías en este elemento.


Como ya mostramos en nuestro anterior artículo, la suciedad en el motor es inevitable, por lo que es normal que aparezcan ciertas acumulaciones de polvo o aceite en la superficie de este compartimento del coche. Por tanto, saber realizar una limpieza adecuada a este elemento del automóvil ayudará notablemente a aumentar la vida útil del mismo, protegiendo los distintos componentes que forman parte del bloque motor y percatándonos de posibles fugas.

Existen distintos métodos para limpiar el motor de nuestro automóvil, y de nosotros dependerá el que decidamos llevar a cabo, para ello será preciso estar informados de las distintas opciones de las que disponemos.

En primer lugar debemos tener en cuenta que el exceso puede ser tan peligroso como el defecto. Una limpieza demasiado intensiva o frecuente puede acabar dañando los sistemas electrónicos que se encuentran en este compartimento. Lo recomendable es limpiar el motor cada dos años siempre que limitemos el uso del vehículo a la ciudad y anualmente si circulamos por caminos no asfaltados de forma habitual.


Al ser una tarea puntual, aconsejamos poner esta labor en manos de profesionales que cuentan con productos específicos o máquinas a vapor que protegen todos los elementos que conforman el motor.

Si a pesar de todo, usted decide a realizar esta tarea por su propia cuenta, aquí os dejamos una guía donde explicamos qué hacer y qué no hacer cuando pretendemos limpiar el motor del coche.


El método a seguir dependerá de la profundidad con que queramos realizar la limpieza. Si se trata de una limpieza superficial, bastará con pasar un paño o un cepillo suave para arrastrar el polvo.

También podemos impregnar cualquiera de estas dos herramientas en algún líquido que nos ayude a arrancar la suciedad más pegada. En el mercado existe una amplia gama de productos químicos (básicamente desengrasantes de motores) que vienen ya preparados para esta finalidad.

  1. Antes de comenzar, el vehículo debe estar en un lavadero con sistema de tratamiento de aguas residuales o similares para no causar daños cuando los líquidos vertidos sobre el motor caigan al suelo junto con restos de aceite y otros sedimentos. 
  2. La temperatura a la que se encuentre el motor será clave para el éxito de la limpieza, pues con el motor totalmente frío será difícil de eliminar y en caliente los productos químicos pueden emanar vapores peligrosos de inhalar. 
  3. Por tanto, el primer paso consiste en calentar un poco el motor, sin que alcance la temperatura de funcionamiento pero dejándolo encendido un minuto al menos para ablandar la suciedad acumulada. 
  4. Debemos retirar los terminales eléctricos que van a la batería y cubrirlos con una envoltura de plástico para evitar que se mojen. También protegeremos la toma de aire y el carburador con papel de aluminio grueso o bolsas para no exponerlos a fallos por agua. 
  5. El siguiente paso es sacudir con una escobilla o cepillo toda la suciedad, frotando a conciencia cuando sea necesario. 
  6. Después, dependiendo del producto elegido, deberá rociarse y dejarse actuar o seguir el procedimiento indicado en la etiqueta del mismo. Otra opción más casera es diluir dos tazas de detergente lava platos antigrasa en cuatro litros de agua, preferiblemente tibia, y cepillar con fuerza. Acordándonos también de realizar los pasos en los bajos del motor. 
  7. El último paso es enjuagar con una manguera o pistola de agua a presión prestando especial atención a los elementos eléctricos que no deben mojarse bajo ninguna circunstancia: conexiones de cajas electrónicas, unidades de control, bombas de gasoil, tapas de encendido, huecos de las bujías… etc. 
  8. Una vez retirados los sistemas que usamos protección, para agilizar el secado debemos poner el motor al ralentí hasta que oigamos el ventilador para que la humedad se disipe rápidamente. 
  9. Bajo ningún concepto se recomienda usar abrillantadores pues la base oleosas pueden dañar gomas cauchos y plásticos del sistema.

Si surge alguna duda, podemos consultar el manual del fabricante que en muchas ocasiones indica cómo conservar en buen estado el motor del vehículo.

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