Presentado bajo un manto de confianza corporativa, el Soul busca sensaciones originales e inaugura el futuro del diseño.
El Soul fue el primer romance con la nueva filosofía corporativa: una estética efusiva se asentó en el exterior. La agresividad de sus faros, las líneas ascendentes de las ventanillas y el centenar de detalles le confieren un espíritu independiente y original. Diseñado por el ex Audi Peter Schreyer, el Soul no promete concesiones en su estética, es iconoclasta, sobria.

Su conducción se percibe exacta y segura por sus neumáticos: sin desentonar, la potencia del impulsor es idónea para movilizar la carrocería. Los grandes neumáticos de 18 pulgadas generan una sensación de confianza en el conductor. El motor, con 1,6 litros y 125 CV, encaja a la perfección con la fórmula Soul al completar silencio y eficiencia en su consumo. Con prestaciones civiles y razonables (declara 177 km/h de velocidad máxima), el Soul se halla tanto en la ciudad –donde su pequeña batalla facilita el traslado– como en autovías rápidas.
Definido por Kia como único en su especie, el Soul es la nueva cara de la empresa. De él partirán los nuevos modelos, más agresivos en su diseño y atractivos en conjunto.
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